Mujer, semilla de agua y sueño,
dulce y fervorosa peregrina,
que surges de mi como renaciendo,
acercate a estos brazos que te esperan
y bríndales abrigo entre tus años.
Niña, puerto de infinita nostalgia,
que a lo lejos te asomas como un faro,
no partas de mi navegando, no te alejes,
no surques otros mares, no te hundas.
Te spero en estos parajes, no tardes,
auxíliame mujer cada momento
pues me quedo en ti como muriendo
sí lentamente en mí te fugas
y te sostengo.