Friday, June 02, 2006

De Epistolario (1)

23 octubre 2002

Tengo mucho sueño, me pesa la noche. Los ojos parecen de hierro.
Estoy gozando de una felicidad muy extraña, como si el corazón, de tanto gozo, llorara de tristeza.
Estoy en un estado de aletargamiento o, más bien, de pesadez anímica. Voltear y ver a todas partes resulta incómodo, pero se mira lejos hacia el horizonte.
Pienso. Luego parece que las cosas no encajan en su lugar. Me retuerzo, me envuelvo en mí, me hundo en mis propias manos. Es como si conociera el futuro, como si todo fuera cierto, como si arriesgarme fuera solamente confirmar lo que ya sé. Y sin embargo no me arriesgo. Algo falta: el inoportuno paso del tiempo, la feroz avalancha que me vuelva más valiente.

Hoy de regreso a casa escuchaba música clásica. Y nadie sino yo escuchaba todo. Ni siquiera los carros de al lado, ni la gente que caminaba a pie, ni los alborotados estudiantes con sus ilusas esperanzas de fiesta interminable.

Yo me la paso pensando. Dónde estás, qué haces, en qué piensas. Y a veces pienso también que no es de mi incumbencia pensar en todo esto, y me canso.

¿Por qué cuando te escribo siempre te cuento mis angustias? Será porque la noche invade el pensamiento y entonces lleno estoy de pensamiento oscuros.
Pero también soy predecible.
Es como si me estuviera prendiendo de ti sin querer dejarte. Pero tú no sabes estar detenida en el tiempo. Giras y das vueltas y te enroscas y te mueves y eres infinita. Regálame un pedazo de tu sueño.... Pero entonces pienso (de nuevo): es demasiado. Y me robo tus pasos.

Lo sabes bien, me conoces suficiente. Te lo he querido decir en sueños, con tarjetas llenas de sílabas y palabras inconclusas. Y despierto como ajeno, sin reconocerme. Porque algo pasa cuando te miro, lo mismo que el rayo que ilumina un instante, y esa luz sirve para todas las noches.
Y yo te miro todas las noches ya desde hace tiempo.

Pero soy demasiado predecible, y ya sabrás lo que dicen las letras. Una tras otra, palabra por palabra.

Es de nuevo tan tarde que te regalo mi noche.

9 comments:

Yiara Sofía said...

Que belleza! Terminé con lágrima en ojos. Que divino regalo al amor que se nos escapa..regalarle la noche. Pero como hemos de regalar algo que ya le pertenece a ese ser?! Sigo leyendo enamorada del ritmo de tus escritos y la riqueza de las imágenes! Abrazos caribeños!

Anonymous said...

Últimamente he estado así como que muy sensible y después de leer tu texto siento en el cuerpo como si una palomita (pof jajaja) hubiera explotado y dejado al descubierto todos los sentimientos que por ratos creo haber perdido.

Solo puedo decir que es hermoso sufrir por amor, es uno de los sentimientos que dejan la piel sensible, la mente llena de palabras que llegan al alma y el alma inflamada de sentimientos que nos permiten conocernos.

Federico, llegará el momento en que tus noches estarán acompañadas por el cuerpo tibio de una musa y juntos podrán bailar un tango, una salsa o la sola música de sus cuerpos. Su piel será el papel en donde escribirás las notas que tendrás a la vista cuando ella desnuda camine por la habitación al compás de tus letras.

Besos.

.:Molen:. said...

Whoaauh no pues yo pense que era la unica loca jaj (sin ofender) que pensaba asi , la verdad es que algun dia nos va a llegar esa persona.. gracias por visitar mi blog un saludote mO

Cristibel said...

Que bueno es sorprenderse ante la realidad del otro que te atrapa...

Visitame...

www.cristibel.blogspot.com

Anonymous said...

Federico, me declaro amante de tu blog, imposible dejar pasar un día sin admirar lo que haces.

Antagónica said...

regalarte la noche junto a ella, la que esperas, la que duerme en tus deseos y te zuzurra canciones de cuna, que hermoso.

federico said...

Yiara: Como siempre es un gusto recibir tu visita. Las letras nunca se separan de nosotros

anónima: Gracias. La verdad es que no sé cómo recibir los halagos, me reconozco tímido y sólo puedo decir gracias, espero que en esta palabra se transmita mi sincero agradecimiento.

mO: al contrario, bienvenida. Esta es tu casa.

Cristibel: lo hermoso de la realidad es que también se imagina. Un beso.

Antagónica: qué hermoso, y a veces qué platónico. Un caluroso abrazo.

Anonymous said...

Gracias por tus noches, y no solo ellas, si no todas.

Cómo no amarte por tu inspiración...

Atte. Dra. P.

Manelich Castilla Craviotto said...

Buen post, de esos que dice uno: ¡Carajo, cómo no lo redacté yo!
Un abrazo