Había una vez un héroe
que nació siendo chiquitito
que nació siendo chiquitito
y como nació siendo héroe
nació con su caballito...
Luis Pescetti
Va recorriendo caminos, va devorando las horas. El niño, pequeño héroe, vence los remolinos. Sueña con sus hazañas, llenas de grandes lances y va sobre su caballo, de crines blancas su caballito. Tiene una espada larga que de madera forjó su padre y abate a los malandrines dando espadazos, hiriendo el aire. Su madre llora porque el destino le dio un guerrero, un héroe niño, un chiquitito que irá a combate. Pero el pequeño seca las lágrimas de su mamita: no llores mami, en mi caballo iré tan rápido que ni las nubes verán mi rastro. Con mi escudo desviaré flechas y volveré para calmarte con la victoria y las canciones de mis hazañas. El niño vive mientras es niño. Cuando sea grande caerá abatido, héroe de héroes, un niño eterno siempre chiquito en las canciones y en los poemas, cabalgando en su caballito.