Al mediodía
cansado de luchar contra mi sueño,
ahogado en esta luz, todavía,
me acerco lentamente
y un susurro leve
tu vientre toca.
Barreras de polvo
con mis manos lucho contra de ellas,
contra la luz colada en la ventana,
contra la letra trazada de tus muslos,
para alcanzar, apenas, tus caderas,
para tocar apenas, si es posible,
ese caudal de risas que resguardas.
Y esos oleajes que el silencio teje
bajo las hojas secas,
rompen, abren, me convocan,
como sirenas a palpar tu aliento
a conquistar, muriendo, tus pesados senos.
Caligrafía inconclusa,
tu cuerpo arde y brota como un ave
que borda el aire con figuras nuevas.
He de mirar. Pero no encuentro.
Y en el retorno de esa oscura fuente,
dulce barrera que separa al mundo,
sé que era yo aquel susurro
y ya besaba igual tu nívea frente.
1 comment:
Bien tu poema. Es imposible comunicarse a tu tel, Sólo responde una voz que dice: no queremos responderte. Por favor deja tu nombre, con quién queieres comunicarte y no sé qué más. Échame un fon.
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