Son las tres quince. Hace unos instantes una mujer de carnosos labios me miraba insistentemente. A punto de abordar mi avión me di cuenta que me seguía. Son las tres treinta, me he acomodado en mi asiento y me doy cuenta, con cierto nerviosismo, que la mujer sube al avión y que, mientras guarda su equipaje de mano, no deja de mirarme. ¡Dios, qué labios tan carnosos! Son las cuatro y media. Después de tanto pensarlo he decidio ir a presentarme. Arreglo mi corbata y me acerco a ella...
Son las tres quince y estoy a punto de abordar mi avión.
4 comments:
Pobre... me recordó a Carlitos tratando de conquistar a esa chica peliroja, y por lo menos acercarse para hablarle, imaginando los hechos viviéndolos, pero no viviéndolos. (Carlitos el de las historietas)
Un beso!
Cuántos días estuviste sentado en la sala de espera?
Saludos.
alu: la imaginación es mortal.
anónima: sigo esperando.
Y como este semana este blog estuvo triste, me comento: Federico, eres un genio.
(Ánimo de fin de semana)
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