Tuesday, January 23, 2007
Thursday, January 11, 2007
Perdidas entre un cúmulo de cuerpos
mis manos descubren otras manos
los dedos son ramas que recorren
suavemente la piel que es una lágrima
y no encuentran
el filo de la luna que hace el cielo.
Y miran las manos y te miran
los bosques más lejanos se levantan,
la arena del desierto las envuelve
y tiemblan y sucumben y regresan.
Senderos se cruzan y te forman
son líneas insinuando tu silueta
prendida en la memoria de mis manos.
Y luego es comenzar sobre tu ausencia
palpar el aire, el humo, tu silencio:
construirte.
Y entonces como en súplica te buscan
y el vértigo me invade si te tocan.
mis manos descubren otras manos
los dedos son ramas que recorren
suavemente la piel que es una lágrima
y no encuentran
el filo de la luna que hace el cielo.
Y miran las manos y te miran
los bosques más lejanos se levantan,
la arena del desierto las envuelve
y tiemblan y sucumben y regresan.
Senderos se cruzan y te forman
son líneas insinuando tu silueta
prendida en la memoria de mis manos.
Y luego es comenzar sobre tu ausencia
palpar el aire, el humo, tu silencio:
construirte.
Y entonces como en súplica te buscan
y el vértigo me invade si te tocan.
Sunday, January 07, 2007
Tuesday, January 02, 2007
El oscuro corazón queda embebido
de piedras cargado bajo el cielo oscuro.
Creí que regresaría,
que el volver sería parte de mi cuerpo,
un círculo perfecto este camino.
Pero ahora sé que era línea paralela
que Sófocles a Edipo dio en regalo,
destino que se da aunque no se sepa.
Y en esa línea paralela aparecemos,
los ojos vendados,
oscuro el seguir porque todo está cerca
de las manos que al tacto adivinan lo lejos.
Y es que abrirte en la oscuridad ya no es lo mismo
porque en esa oscuridad fuiste perfecta,
y hoy tu voz se pierde cuando toco
y mudo queda el cuerpo si te hablo.
Y te vuelves veneno entre mis manos,
oscuro corazón, oscura selva.
de piedras cargado bajo el cielo oscuro.
Creí que regresaría,
que el volver sería parte de mi cuerpo,
un círculo perfecto este camino.
Pero ahora sé que era línea paralela
que Sófocles a Edipo dio en regalo,
destino que se da aunque no se sepa.
Y en esa línea paralela aparecemos,
los ojos vendados,
oscuro el seguir porque todo está cerca
de las manos que al tacto adivinan lo lejos.
Y es que abrirte en la oscuridad ya no es lo mismo
porque en esa oscuridad fuiste perfecta,
y hoy tu voz se pierde cuando toco
y mudo queda el cuerpo si te hablo.
Y te vuelves veneno entre mis manos,
oscuro corazón, oscura selva.
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