No es la voz que de mis manos nace,
ni el cielo lleno de rojizos versos,
no la tarde, lo descubres,
ni la espera que se anida entre mis huesos.
Pero cómo soy sin ti, cómo me enfermo
si el velo que te envuelve me sofoca
y nada, entonces nada,
ni la vida.
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Pero lo que escribes siempre te livera,
y encimando la vida y la muerte
tienes otra perspectiva
entonces el amor puede ya no ser un centro...
y no depender mas de este para la vida...
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