Cuando en la noche descansada velas,
entre fantasmas sueltos y fervientes,
pareces tan igual a otros durmientes
y en otros corazones te deshielas.
Si estás despierta y a dormir recelas,
-sobre la cama impúdicos e hirientes
te creas mundos, mundos inconscientes-
te enfermas con el sol falta de velas.
Tu mundo, párpado del mundo, es sueño,
interminable flama donde el leño
arde con el fragor de pesadilla.
Y en el verso alejado de su orilla
reencuentras el camino que te lleva,
que te arrastra, te hunde ¡qué te eleva!
1 comment:
Este soneto fue escrito en colaboración con mi gran amigo Horacio Heredia. Cada uno escribió un verso después del otro, tratando de respetar el acento del endecasílabo en la sexta sílaba.
Después de pulir el poema quedó éste, del cual me permití hacer un par de modificaciones más sin el conocimiento ni consentimiento de Horacio. Ya se le pasará. El reto se presenta ahora a los que nos conocen: ¿quién escribió qué verso?
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