Por tus 4 puntos cardinales
Hacia el norte dirijo mis labios
abriendo el camino que forman tus montes
que un dios ufano levantó para perderme.
Surco las cuencas encorvadas,
curvas nacientes de riveras,
sediento de labios y de aromas.
Al este dirijo mi impaciencia
y encuentro un laberinto abandonado
y habito entre sus muros desvalido.
Al oeste camino y otros pueblos
con calles retorcidas, desveladas,
transtornan mi mente y mis recuerdos.
Mas ¡ay! hay un camino que deseo
que allá en el sur descansa como un lago
apacible, que crece en feroz ola.
Es bosque y es llanura y es estepa
y es selva y es silencio y es tortura.
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