Tuesday, January 10, 2006

Reincidencias citadinas
I
Después de que Pedro le regalara a Rosita unas flores y de que Rosita, enfadada por el retraso de Pedro, arremetiera a golpes contra él ayudándose con las flores y viéndose Pedro sin un arma igual, no le quedó otro recurso, al pobre y asustado Pedro, que defenderse a patadas
II
Los mexicanos, en ocasiones, somos excesivamente corteses.
Verbigracia: cuando alguien viaja en camión y quiere bajar y alguien está estorbando la bajada le dice: “disculpe, buenas tardes, sería tan amable, por favor, de darme permiso de bajar. Gracias, Dios se lo pague”.
Cuando en realidad deberíamos decir, sin ser descorteses: “Quítese que estorba, por favor”.

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