Sunday, December 31, 2006
Saturday, December 30, 2006
Día de perros
se irán contigo
lo olvidarás,
lo olvidarás
Y en una estación lloraré
igual que un niño
Por qué te vas
Por qué te vas
Yo en tu vida
solamente fui
un juego más,
y todo aquello que juraste
por mi amor
Lo olvidarás
A mi mente llega esta magnífica letra. No hay que agregar mucho. A veces sólo quisiera dejar de pensar, dejar que otros hablen y digan. Pero el calor que me invade no me lo permite. Hoy tengo ganas de hablar con groserías, terminar el año maldiciendo, maldiciendo el día de hoy. Porque se fue. O porque me fui y detesto irme con las manos vacías. Sí, es el día de hoy que me tiene exacerbado, lleno de ideas cuyo fin es simplemete miserable. A veces hay días y mujeres y momentos y estupideces que deben olvidarse.
Para el siguiente año, nueva vida. Ya se olvidará, ya se olvidará.
Thursday, December 14, 2006
Wednesday, December 06, 2006
con el mismo pergamino bajo el brazo
izquierdo centro bajo tu pecho
y bajo dos latidos
Aparezco.
No piensas en el ayer
le has quitado nombres y lugares
no vienes a tomar tu asiento.
La película comienza
No se oyen tus gritos
ni la tierra te sostiene
entre la bruma
una banda sin música te toca
mientras las manos
alma en pena
cielo y desesperación
tocan tus manos.
Y te olvidas.
Dejarás a un lado el cuerpo
voltearás de nuevo a la ventana
la espalda será tu rostro
mecido tu pelo entre la almohada
Entonces nada habrá
todo se olvida
la verdad es que esperé aquí sentado
a que la noche cubriera mi destierro:
como sombra te vas porque eres sombra
como espectro
vaho
punto.
Monday, December 04, 2006
por dónde tus manos han viajado
por qué por mi cuerpo no trazaron
los surcos que, antaño, recorriste
por qué tus caderas no siguieron
el ritmo iriscente de las mías,
por qué de tus labios y tus labios
borraste el camino de mi vida.
Por qué, te pregunto. Y no respondes.
Silenciosa, el abrazo me has negado.
Y yo triste y sin ánimos te nombro,
con voz hueca, invadido de tristeza:
ramera.
Tuesday, November 21, 2006
porque estás conmigo.
Y el dolor me olvida si te nombro.
Son un despertar sin sobresaltos
las mañanas, los cánticos de invierno.
Porque pesa el cuerpo asible
tan tangible ahora que tú estás conmigo.
Porque ya no vuelve al zozobra
y la añoranza te recibe alegre
conteniendo el llanto, y con tenerte vibra
contando las horas que pasa en tu isla.
Sucesora en sueños de sucesos sáficos,
los sentidos corren por tu sombra helénica
y vuelvo sobre tu piel a conocerte,
entera,
roja.
Sunday, November 12, 2006
Arena entre mi cuerpo,
oculto entre las formas del follaje
sin piel me abrazas, cambias,
y mudas con la luz, sombra en mi sombra.
Yo a poco precipito mi caída
al fondo del espejo en donde yaces,
reflejo del reflejo que me habita.
Y apenas una gota de tu río
se posa sobre el dorso de mi mano,
inasible te desbordas. No te miro.
II
En ámbitos recónditos callados
soñaba con la forma de tu cuerpo
y tu cuerpo a mi sueño sacudía.
Y envueltos por el otro había la vida
y la muerte en el abrir, ay, de mis ojos.
Sunday, October 22, 2006
dejar la puerta abierta y ver entrar quejidos,
gritos falsos y ebrios.
Basta con decir: qué feliz soy
para llorar entristecido,
amargamente entristecido.
Los otoñales vientos despejan las mentes
de los vagos, las prostitutas y los poetas;
dejan letras en las calles y las hojas
de los árboles que, inquietos, juzgan.
Ahora el pudor se dibuja en mi mente,
fragmentos de un día lluvioso sentado en la banqueta
esperando el aullido de un feroz niño de cuatro años
sentado esperando en la banqueta.
No son los días o el trabajo cansado este que invade
las palabras,
no es el sueño quejumbroso,
ni el límpido sudor de un día de octubre.
Es la cama bañada de tus sueños,
de esta vida que necesitó traerte para recordarme entero,
para despedirme sin decirte nada y sin saber que te ibas,
para recortar distancias y pegarlas juntas
alrededor de las manos, de tus ojos, de tus senos.
Cuesta trabajo devolverme al sueño
al día que tanto trabajo en sí mismo aflige,
a los trabajos y a los días.
Tuesday, October 03, 2006
sostenido en el aire
y la voz de una ninfa
acaricia su espalda,
cuando el sol es tan rojo
que la tarde se quema,
cuando el sueño es preludio
y el incienso no basta,
el intento es inocuo
la palabra imposible.
El impulso se salva sin embargo
y he de abrir los labios poco a poco,
buscar la herida abierta que nos salve,
el bravo manantial que ansía la calma.
Sunday, September 24, 2006
Yo he vuelto a extender las alas, pero me he ido lejos.
Tú sigues viéndote hermosa vestida de gris, descalza. Hermosa buscando rostros morenos y cabellos erizados.
Yo cargo retratos imposibles: posa de nuevo para mí. Yo tengo letras cansadas, inmóviles, irritadas.
Tú puedes escoger.
Yo seguiré volando, guardando la espada para que no te defiendas, alejándome de ti para que no te aburras. Quédat allí, ya no mires. Ya no te debo nada.
Friday, September 22, 2006
Dejar de escribir durante tanto tiempo me ha dado dolor de estómago: hoy el dolor fue tan fuerte que me decidí a escribir. Así que escribo, no para entenderme, sino para alcanzar el grado de locura que las letras dejan.
De esta manera los retratos imposibles que cargo no podrán reclamarme nada.
Monday, September 04, 2006
Doble filo
vértigo largo, sin alma el cuerpo,
sonidos huecos, la luna inerte,
el fuego fatuo cual fuego fértil,
cuerpos sembrados, tirados, muertos,
saeta sangre veloz la Muerte.
Mirada virgen desde lo lejos,
luz que se toca en llamas ardientes,
dedos y redes cazando ojos,
amor miradas que van matando:
saeta sangre veloz y muerte.
Llegan los hombres, se van los años,
dioses alados, cuerpos ya idos,
nubes robadas, vientos ladrones:
rondan fantasmas
¡Ay cuántos gritos!
Saeta sangre veloz la Muerte.
Ojitos
Por dentro una mujer, su furia,
el fuego es ácido que penetra y que calcina.
Ojitos tornasol
Ojitos que no ven
Ojitos que se vuelven a caer.
Soy y voy.
Yo soy.
Lo sé, lo supe.
Hace tiempo lo sabía.
Corazón perfecto,
desnuda sinrazón.
Camino, caminar:
recordar.
Si recuerdas morirás.
Era ayer
ayer cuando fuí.
Ojitos de pescado
en las plantas de los pies.
Sunday, August 20, 2006
PEQUEÑISIMAS ROTURAS
dividido y en ti.
Monosílabo triste.
Bisílabo enfermizo.
Trisílabo feliz.
Hay que acostumbrarse a llorar.
porque una vida es insuficiente.
La nube sólo existe
cuando da sombra, llueve o se incendia.
Has recordado porque te pienso.
He sufrido amnesia porque me olvidas.
Cuando ya no queden años ni tiempo,
y te acuerdes de mi,
regrésame la vida.
Verte dormir es aire.
Porfavor, no me quites el sueño.
Wednesday, August 16, 2006
Sala de abordar
Son las tres quince y estoy a punto de abordar mi avión.
Friday, August 11, 2006
encadenado a la tristeza de las horas,
iba herido,
en palabras desangrando mi pasado,
solo, ausente,
enraizado al dolor de aquellas horas,
con los ojos espantados al misterio
y las manos arropadas en el frío.
Y vagaba,
como el sueño que despierto nos domina,
yo vagaba por los vientres matutinos de tu risa,
hora tras hora, como un triste
beso niño en la rivera de tus brazos.
Tuesday, August 01, 2006
Diluvio
Monday, July 24, 2006
Sunday, July 16, 2006
Thursday, July 06, 2006
Duda
No supe qué contestar. En la tarde la había visto caminando al lado de Rubén y un ataque de rabia y celos se apoderó de mí. Me volví loco y los espié todo el día. Ellos se abrazaron, se besaron, hicieron el amor. Cuando por fin Rubén la dejó en su departamento subí las escaleras y al abrirme le reclamé gritándole, entonces soltó la pregunta y no supe qué contestar.
La pobre sigue con la duda y el puñal en la espalda.
Thursday, June 29, 2006
De Mujer en cuatro tiempos, IV
son la piel de mi rezo,
holocausto, tormenta,
cuando tocas, te beso.
Hablas,
y en desbandada mi cuerpo,
mi sangre,
mis versos.
Tuesday, June 20, 2006
Reincidencias citadinas
Después que Pedro le regalara a Rosita unas flores y de que Rosita, enfadada por el retraso de Pedro, arremetiera a golpes contra él, ayudándose con las flores, y viéndose Pedro sin un arma igual, no le quedó otro recurso, al pobre y asustado Pedro, que defenderse a patadas.
II
Los mexicanos, en ocasiones, somos excesivamente corteses.
Verbigracia: cuando alguien viaja en camión y quierre bajar y alguien está estorbando la bajada le dice: “Disculpe, buenas tardes, sería tan amable, por favor, de darme permiso de bajar. Gracias, Dios se lo pague”.
Cuando en realidad deberíamos decir, sin ser descorteses: “Quítese que estorba, por favor”.
Wednesday, June 14, 2006
Saturday, June 10, 2006
Juan Rulfo
La semilla se ha sembrado junto a las cicatrices de la tierra. Mis ojos son arrasados por los ríos de agua, mis ojos son los ojos de agua que alimentan los ríos que arrasan mis ojos. Bárbara ¿No oyes ladrar a los perros? Su sonido es veloz como la liebre. Han de estar por aquí, buscando luz. De las semillas que brotan de la miradas, se perpetua la imagen y se da la vida. La noche es espesa y las nubes ocultan la luna ¿no oyes ladrar a los perros? Estoy cerca del patio de los que en la hoguera del corazón perecen, estoy cerca de ser un ritual en ese patio. ¿quién dijo que la tierra era nuestra madre? Se equivocaron. La tierra es nuestra abuela no la madre; es la hija, no la madre. Escucha bien, por algún lugar en el cielo se deben de escuchar sus ladridos. No estás cerca de mí pero doblas mi cuerpo, me pesa tu ausencia. El rito esta terminando. He cerrado los ojos y me he recostado en la tierra que piso, tengo el sueño marchito y duro como piedra. Mi almohada se llena de agua del río de mis ojos. No duermo. No te oigo. ¿Respiras? Todavía podemos llegar al pueblo y decirle al señor que carga la leña que tenemos frío, que nos de agua, que nos regale sueño. Mira el monte, allá atrás estábamos hace rato, allá tras el monte comencé a cargar tu ausencia. Allá quedó sembrada tu semilla bajo las cicatrices de la tierra y mis ojos fueron los ojos de agua de los ríos. Bárbara ¿No oyes ladrar a los perros? Si no llegamos juntos llegaré yo. Si llegas conmigo te regalaré tu ausencia. En el día se verán las casas y tal vez no lleguemos a decir nada. Pero si llego solo juntaré tu ausencia en mis manos, la bajaré de mis hombros y se la daré a la tierra para sembrarte. El camino aún es largo. La tierra aún es fértil. Mis pasos suenan huecos mientras avanzo cargando tu ausencia. Las piedras, los ríos, la tierra, quedan sepultados bajo la penumbra de la noche. Y mi grito se pierde en este delirar de montes y de cipreses y de árboles desnudos. Te vuelves más ligera como el viento en mis espaldas. Te nombro y no me escuchas. Bárbara ¿no oyes ladrar a los perros?
Friday, June 02, 2006
De Epistolario (1)
Tengo mucho sueño, me pesa la noche. Los ojos parecen de hierro.
Estoy gozando de una felicidad muy extraña, como si el corazón, de tanto gozo, llorara de tristeza.
Estoy en un estado de aletargamiento o, más bien, de pesadez anímica. Voltear y ver a todas partes resulta incómodo, pero se mira lejos hacia el horizonte.
Pienso. Luego parece que las cosas no encajan en su lugar. Me retuerzo, me envuelvo en mí, me hundo en mis propias manos. Es como si conociera el futuro, como si todo fuera cierto, como si arriesgarme fuera solamente confirmar lo que ya sé. Y sin embargo no me arriesgo. Algo falta: el inoportuno paso del tiempo, la feroz avalancha que me vuelva más valiente.
Hoy de regreso a casa escuchaba música clásica. Y nadie sino yo escuchaba todo. Ni siquiera los carros de al lado, ni la gente que caminaba a pie, ni los alborotados estudiantes con sus ilusas esperanzas de fiesta interminable.
Yo me la paso pensando. Dónde estás, qué haces, en qué piensas. Y a veces pienso también que no es de mi incumbencia pensar en todo esto, y me canso.
¿Por qué cuando te escribo siempre te cuento mis angustias? Será porque la noche invade el pensamiento y entonces lleno estoy de pensamiento oscuros.
Pero también soy predecible.
Es como si me estuviera prendiendo de ti sin querer dejarte. Pero tú no sabes estar detenida en el tiempo. Giras y das vueltas y te enroscas y te mueves y eres infinita. Regálame un pedazo de tu sueño.... Pero entonces pienso (de nuevo): es demasiado. Y me robo tus pasos.
Lo sabes bien, me conoces suficiente. Te lo he querido decir en sueños, con tarjetas llenas de sílabas y palabras inconclusas. Y despierto como ajeno, sin reconocerme. Porque algo pasa cuando te miro, lo mismo que el rayo que ilumina un instante, y esa luz sirve para todas las noches.
Y yo te miro todas las noches ya desde hace tiempo.
Pero soy demasiado predecible, y ya sabrás lo que dicen las letras. Una tras otra, palabra por palabra.
Es de nuevo tan tarde que te regalo mi noche.
Wednesday, May 24, 2006
Eva
El invierno dejaba sus manos sobre mi cama. No había lugar para esconderse. La risa abandonaba el rostro y sólo ella era capaz de decirme, tan tranquilamente, que nunca había dicho primavera. Y el calor se sentía en todas partes. El calor del invierno sobre las mejillas, el frío viento encima de ese sol que calentaba mis manos mientras escribía encaramado en la azotea. Repetía las letras de ardientes canciones que cantaban a sus gélidas palabras, a sus calculados movimientos femeninos, a sus tácticas largamente acariciadas durante todo diciembre.
Mi piel recuerda cada invierno, cuando la luz toca apenas las ventanas y afuera se respira ese hedor de abandono, ese despecho hirviente y aparecen, en los vientos helados de la tarde, las cálidas manos de Eva.
II
Escuchaba cada canto, cuyo cuento contaba cada historia carcelaria de mi corazón que caducaba. Contaba las horas del reloj que, a cuenta gotas, tic-tac, tic-tac, tic-tac. Y yo callaba. Acurrucado en las notas que caían cual collares arrancados bruscamente, rogaba al cielo despejado que quisiera regresarme a esos días, que callados recordaba. Silenciosos. Impasibles.
Pero a cada petición contestaba a mis palabras con más cantos, con susurros que corrían melodiosos por el parque, en el trasporte, hasta el hastío, hasta su casa, hasta su cuarto, hasta la sala, hasta el momento de ese día en que la música culpable, y qué, cada quién sabe qué quiere, menos ella, que ahora calla.
III
Eran rápidos. Los movimientos. Debían serlos. Calculado todo y espontáneo. Una vuelta. Otra. Los ojos que se tocan. Las manos separadas tan de pronto. Juntas y de nuevo separadas. El roce involuntario. El rubor, el sudor, el paso rítmico. La cumbia pegada a su cintura, a sus labios lejanos, a sus hombros. Apresurar el paso y al primer compás la mano arriba, suavemente, tan suavemente, para indicarle el sitio, para que sepa cómo, en el siguiente “oye, abre los ojos”, la vuelta empieza, la doble vuelta, y luego inmóvil, mientras la miro, mientras su brazo sobre mi espalda sigue el impulso, mientras sus muslos repiten “abre los ojos, mira hacia arriba”, y sus tobillos, tan llenos de danzón, tan azules, lentos marcan el tiempo del descanso, el vaivén del abanico.
Quédate Eva, aquí no hay nada sino nosotros, exhaustos. Quédate, no te vayas, estamos listos para el tango.
Wednesday, May 17, 2006
Cuestión de género
Wednesday, May 03, 2006
Ese día, manos fáciles bajo la camisa, heridas ciegas sobre la mirada, delgadas, finísimas gotas de tristeza sobre los minutos.
No era el peso de tus pasos en mi espalda, ni el adiós interrumpido por tu silencio, (ese adiós tan seco y sin finales), ni siquiera pensé en los días que serían después de entonces. Fue la suave caricia que olvidaste mientras dejaba a cada paso tu alegría. Y tú, feliz, la recogías.
Ayer pensaba en ti, alegre y desnuda. La penumbra borró de pronto toda imagen. Eras tú en la puerta, en la silla, en la cerveza. Te puedo decir cómo lucías, cómo acariciaba tus muslos mientras te hablaba. La calle no quiso recibirme entonces. La gente se volvió insomne. Mi pensamiento volvió a ti para dejarte de nuevo, para decirte: sí fui yo y no me detuviste.
Las horas pasan mientras miro las letras. Tú alegas demencia mientras callas. Alrededor de nosotros el día se nutre de la ausencia, habitantes de lejanas memorias, inmóviles al fin de la escalera.
Monday, May 01, 2006
Sunday, April 23, 2006
Pequeñísima reflexión, hace ya muchos años
en este sitio seco?
¿Ritmos robados en una desbandada
la música del eco del revólver,
letras que formen magistrales versos?
Hay mucho más verdor bajo la nieve siempre.
En medio de mi cuarto convertido en cementerio
un epitafio: silencio.
Friday, April 14, 2006
Naranja dulce
Naranja dulce,
limón celeste,
dile a María
que no se acueste.
María, María,
ya se acostó
vino la muerte
y se la llevó.
Naranja dulce,
limón silvestre,
dile a mi amada
que me conteste.
María , María,
no contestó,
vino la muerte
y se la llevó.
Poesía popular
Ronda
(Cántese con el tono de la ronda anterior)
Naranja dulce,
limón silvestre,
dile a María
que no me deje.
María, María,
ya me dejó
se fue enojada
y no volvió.
Dile que vuelva
que estoy llorando
que en esta tierra
muy triste estoy.
Naranja dulce
limón amargo
verano largo
sin ella voy.
Alza tu canto
mi llanto crece,
adiós señora
mi amor le di.
Si estoy despierto
te ruego traigas
collares de oro
plata y marfil.
Si estoy dormido
no me despiertes
que entre mis sueños
la olvidaré.
Naranja dulce
qué pena tejes
limón partido
qué pena va.
Dile a María
que no regrese,
dile a María
que aquí no estoy.
María, María,
mar y partida,
parte del puerto,
no ha devolver.
La muerte llora,
su juramento,
en otro tiempo,
se olvidará.
Tuesday, April 04, 2006
Fragmentos I
y llueven letras al filo de tu risa.
Allá en tu frente el sueño
construye ya la forma
perfecta de la noche.
Sobre tu cuerpo el cuerpo que te explora:
soy un recuerdo oscuro
prendido de tu baile.
Y frágiles mis manos se posan en tu cuerpo:
soy ráfaga fugaz al borde de tu espalda.
Saturday, March 25, 2006
buscando la mirada entre los labios,
y si miro tus ojos veo tus labios
y tus labios se cierran y te duermes;
si besarte es descansar sobre tus sueños
y llevarte de la mano mientras miras
que mis labios en tus manos se recuestan;
si besándote tus párpados se cierran
y se cierne entre nosotros el silencio
y el silencio invade el tacto que oscurece
la mirada febril del que te besa;
si te miro, te toco, si te beso
son tus ojos la carne del deseo
y tus manos los labios que recorren
esta ira de palabras que me enciende.
Saturday, March 18, 2006
Te devolvería el mundo en un orgasmo y en la mañana amanecerías rodeada de galaxias.
Quiero abrazarte mas te niegas y me niegas cerrándote a tu modo. Mas tú sufres pues yo quisiera todo y nada me regresas pues no amas.
Y en vez de recorrerte estoy sentado como un tonto, pensando. No vayas a caerte de mis ojos, no vayas a escurrirte de mis manos.
Pero todo pasado viaja ausente y ni tú ni yo, amor, nos presentamos.
Ahora que es tu cumpleaños estoy solo y tú no abres el regalo que te espera, que se quedará esperando.
Me duele la vida a mí, tan sólo a mí, porque las lágrimas no brotan hoy que debería llorar hasta el cansancio.
Estoy solo porque lo sabes, pero no entiendes. Estoy triste porque me miras y tus ojos se pierden en el vacío; y yo no puedo seguirte, a ti dolor tan mío que no comprendo cómo puedes dolerme tanto sin que comprendas.
Apenas abro, las manos huyen y no puedo atraparte.
Apenas estoy despierto me invade ese deseo de juntarte a mi, y apenas cae la noche estoy tan desierto que no abrevas de mi, tú que un día te saciaste.
Es este dolor el que no entiendes, este infinito amor que tú me causas.
Tuesday, March 14, 2006
He oído a los pájaros luchar con voces, a los truenos despertar miedo en los niños, y me he robado el tibio sonido de tus labios. Pero hoy mis manos han comenzado a fabricar nuevos sueños contigo y los pasos persiguen furiosos las distancias, burlando las distancias que separan tus manos de las mias.
Ayer al despertar me encontré con un extraño que me devolvía la mirada desde un espejo, lo reconocí tuyo y nada hice. Ayer me supe ajeno, porque todo lo quesabía de mi, estaba contigo.
Hoy escucho las voces y los trinos del tiempo mientras en mi cuarto se despejan los sueños y tu voz entra para cortar el cristal de mi silencio.
Tuesday, March 07, 2006
Cuarteta
que pienso en ti tan sólo si deseo,
y tú Adriana te vuelves, yo Teseo,
si te cojo te dejo y quedo sano.
Friday, March 03, 2006
Tuesday, February 28, 2006
cansado de luchar contra mi sueño,
ahogado en esta luz, todavía,
me acerco lentamente
y un susurro leve
tu vientre toca.
Barreras de polvo
con mis manos lucho contra de ellas,
contra la luz colada en la ventana,
contra la letra trazada de tus muslos,
para alcanzar, apenas, tus caderas,
para tocar apenas, si es posible,
ese caudal de risas que resguardas.
Y esos oleajes que el silencio teje
bajo las hojas secas,
rompen, abren, me convocan,
como sirenas a palpar tu aliento
a conquistar, muriendo, tus pesados senos.
Caligrafía inconclusa,
tu cuerpo arde y brota como un ave
que borda el aire con figuras nuevas.
He de mirar. Pero no encuentro.
Y en el retorno de esa oscura fuente,
dulce barrera que separa al mundo,
sé que era yo aquel susurro
y ya besaba igual tu nívea frente.
Friday, February 17, 2006
vibrar ajeno a ti que te estremeces
al tacto de mi piel, bajo mis ojos.
No temo yo, teme mi sangre
hallarse envuelta en brazos insolentes
que aíslen este vértigo de verte.
Y es el temor, amor, de que te escondas
en otros cuerpos que revuelquen tu cadáver,
en pieles que en su tacto te evaporen,
en venas que te arrastren y te ahoguen.
Temor de verte ajena y lejos, invisible;
sin tiempo, oscura, infértil, invisible.
Sin mí, que temo ya no verte, amor,
no verte.
Tuesday, February 07, 2006
Y a ti te busco, porque mis manos extrañan el peso de tus pechos, las líneas de tu risa, porque mi cama yace tendida y no te guarda, porque mi cuerpo sin ti lo calla todo, porque mi voz se pierde sin tus labios y mi pecho se resiste a la caída.
Y aquí te aguardo, de pie en la orilla de esta calle, en el mismo sitio de ayer cuando llegabas pensando que no había otro momento sino este, cuando tus besos se anidaban feroces en mi ánimo, y las manos tejían las redes de lo oculto; aquí de pie, como una estatua mirando los caminos que se alejan, mirando sin saber qué palabras gritar para que vuelvas, para respirar los años que tienes en tu vientre, y perseguir el goce del cansancio hasta el hastío, y levantarte en vilo y pensarte y poseernos.
No estoy perdido si te busco, si te aguardo.
No estoy perdido si te busco
No estoy perdido
No estoy
No
Thursday, February 02, 2006
Wednesday, February 01, 2006
esa ausencia febril, pozo sin fondo,
quiero encenderte, abandonar este dolor que ciega
y redimirte,
recorrerte cada vez que te levantes;
penetrar tus ojos otra vez en cada puerto,
en cada luz que se detiene cuando callas,
hasta gritar, gemir, llorar hasta el silencio,
hasta que abras esos párpados que impiden,
hasta causar este dolor de cuando cierras.
Penetrar tus ojos cada vez hasta el olvido
y en esa oscuridad llenarte y comprenderme.
Tuesday, January 31, 2006
Thursday, January 26, 2006
Soneto
mientras busco, implorando nunca hallarte,
-y las letras te miran (pude amarte)-
la caricia que esfume este desierto.
Pero es vano el intento. Nada es cierto,
ni la muerte, esa piel que en otra parte
de mi piel amó la tuya. Y el arte
del amor que profesas es incierto.
Y cada vez que encuentro tu figura,
en la cama, en las sábanas, me embiste
aquel dulce sabor de tu hendidura
y crece en mí el desierto que me diste:
esta ausencia incesante que devora
mi piel, a cada instante, a cada hora.
Friday, January 20, 2006
Distancia
ST
Por eso odio este azul tan puro que escupo cada vez que te recuerdo.
Wednesday, January 18, 2006
Temo no poder gritar por las calles, con loco frenesí, que todo esto, la mesa, el piso, tu cuerpo o tu silencio son parte de mí que no conozco.
Me da pena reír porque hay quienes se mueren de letras, apenas recordadas por la tierra que los cubre.
Me da miedo mirarte y no tener otra certeza que saber que llegará la noche y cerrarás los ojos y roncarás tan plácidamente abrazada de sueños en los que no aparezco, miedo de verte dormida suspirando a pierna suelta, tan tú, tan voluptuosa, tan infantil, tan cansada, tan respirando sin mi, me da miedo.
De nuevo alguien hiere mi pecho y no le importan mis lágrimas.
Alguien debe saberlo, pero no tú. Porque tú duermes tan profundamente que no oyes que caigo sin saber de dónde asirme si te miro dormir porque no sabes.
Alguien debe escucharlo todo, alguien debe mirar cuando es de noche.
Alguien debe señalar la luna mientras está despierto, temeroso de que caiga la noche y no despiertes.
Tuesday, January 17, 2006
Desapariciones
Notas sobre poesía I
Thursday, January 12, 2006
Wednesday, January 11, 2006
En cualuier lugar, no
Debería estar todo en silencio, pero no, hay una romería. Debería sentirme solo, sin nadie a mi alrededor, pero me siento invadido. Unas carcajadas me desconcentran y no hay manera de prestar atención a esto por mucho tiempo. Así que pienso: me voy a mover, en dos minutos más me voy de aquí. Hace cinco minutos de eso y aquí sigo. Alguien se sienta junto a mí y me incomoda, que se busque otro lugar, otra silla. Pero se nota pensativa y triste, así que le sonrío suavemente. Hace frío, entra aire por las ventilas y hace frío. Afuera juegan y se comportan como si este lugar no fuera serio. Allá arriba gritan de nuevo. No me concentro, no puedo, que se callen, según leo es tiempo de luto. No debería quedarme aquí, debería levantarme, comer algo, estirar las piernas. No pensar. Miro el reloj, de nuevo pongo límites, de nuevo los rompo. El silencio es imposible, cuando logran callarse alguien respira, otro carraspea, otro bosteza. Para romper el tedio que se me impone, enciendo la música de mi computadora personal, apenas la oigo yo, pero logra opacar los ruidos de más allá. No sé si quiero irme, sólo quiero acabar con esto, y luego quedarme sentado, sin hacer nada, sin escuchar a nadie, hasta que todos se vayan, para que nadie me moleste mientras hago nada, y decir “en dos minutos me voy” y poder irme. Eso es lo que quiero hacer, levantarme en dos minutos e irme, porque nadie respeta el “Favor de guardar silencio” de esta biblioteca mientras leo Dos bodas y un funeral.
Tuesday, January 10, 2006
Los mexicanos, en ocasiones, somos excesivamente corteses.
Verbigracia: cuando alguien viaja en camión y quiere bajar y alguien está estorbando la bajada le dice: “disculpe, buenas tardes, sería tan amable, por favor, de darme permiso de bajar. Gracias, Dios se lo pague”.
Cuando en realidad deberíamos decir, sin ser descorteses: “Quítese que estorba, por favor”.
Hacia el norte dirijo mis labios
abriendo el camino que forman tus montes
que un dios ufano levantó para perderme.
Surco las cuencas encorvadas,
curvas nacientes de riveras,
sediento de labios y de aromas.
Al este dirijo mi impaciencia
y encuentro un laberinto abandonado
y habito entre sus muros desvalido.
Al oeste camino y otros pueblos
con calles retorcidas, desveladas,
transtornan mi mente y mis recuerdos.
Mas ¡ay! hay un camino que deseo
que allá en el sur descansa como un lago
apacible, que crece en feroz ola.
Es bosque y es llanura y es estepa
y es selva y es silencio y es tortura.
Huida
Me hubieras dejado tu nalga.
Jean Baptista de la Coruña dibujó metódicamente todos los días su autorretrato. Con el tiempo, joven soberbio, seguro de su imborrable memoria y complacido por la exquisitez con que su mano lo retrataba, dejó de mirar su rostro y confió ciegamente en su habilidad de pintor. Murió a los 99 años de edad con su piel aún tersa y joven.
Querido Beto:
Si puedes leer esta carta sabrás que ya estoy harta de ti, que haber probado tantas veces tu amor le ha quitado todo sabor a tus manos, a tu boca, a tu piel. Sin embargo nunca olvidaré esas tardes deliciosas a tu lado, esas suculentas noches, esos dulces momentos que me diste. Pero todo eso se termina hoy, mi querido Beto, has dejado de ser ese hombre que tan pacientemente me complacía. No es que ya no me gustes, me gustas mucho, siempre me gustaste, pero mírate, Beto, mírate ya nada en ti es digerible.
Siempre tuya
Alicia